La población no es muy numerosa y se caracteriza por su envejecimiento y regresión. Ello se debe, por un lado, a la constante emigración que tradicionalmente ha caracterizado a la población de Galicia; por otro, a que las tasas de mortalidad superan las de natalidad, lo que se traduce en un crecimiento natural negativo.
Existen zonas en las que predomina el poblamiento disperso y son muy numerosas las aldeas de menos de 50 habitantes. No obstante, la mayoría de la población se concentra en ciudades, localizadas sobre todo en el área costera, que es la zona más poblada. Destacan Vigo y A Coruña, así como otras ciudades de tamaño medio: Ourense, Ferrol, Santiago de Compostela, Pontevedra, Lugo...
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